COCINA DE AUTOR

El otro dia pasé por la Librería Piedra Santa en la 11 calle y la esquina de la 6a "A"--o sea, entre la 7a y 6a avenidas--para recoger el boletín mensual que emiten con todas as clases que se ofrecerán ese mes y por curiosidad, entramos a comer al Café Tasso que tienen al fondo de la libreria, en un como patiecito con fuente colonial. Es más, si mal no recuerdo, está la libreria cabal donde desemboca la Calle Tasso Hadjidodou. Pero de eso no estoy 100% segura.

Bueno, como sea, resulta que una joven chef guatemalteca de padres alemanes y educada en España sirve almuerzo todos los días entre semana y son sorprendentemente deliciosos, abundantes y económicos. Fusión total entre culturas, sofisticación y lo saludable.

Por nomás Q.40 uno comienza con una sopa y puede escoger entre un plato fuerte y varios acompañanates, y todo es de calidad. Entre los ejemplos de ese día tenía esalada de frutas con aderezo opcional, cangrejo con zucchini y zanahoria en salsa tailandesa, ensaladas, arroces, pollo, carne horneada con diferentes salsas y aderezos. Todo muy "fusión" asiático pero con toque chapín y europeo, cocinado con increible esmero y creatividad por la misma dueña.

Además super saludable pues no usa grasas inecesarias ni harinas. A mi todo eso se me va DIRECTO a las caderas, asi que no me quejo de comida tan saludable y he de volver.

Nosotros llegamos temprano y aun no había nadie aún, pero en cosa de 20 minutos el lugar se llenó y cuando nos fuimos no paraba de llegar la gente. ¡Es un secreto a voces el lugar!

Como podrán ver en las fotos, la comida es abundante y el café muy bueno. La dueña es simpatiquísima así que todo en si, la cafetería tan agradable, el ambiente rodeado de libros, la comida hecha con esmero, etc., se presta para un experiencia muy placentera y se los super recomiendo. Hay varios estacionamientos en los alrededores.

Y parentesis, pero hablando de libros, si les gusta leer les super recomiendo la novela 2666 de Roberto Bolaño, que es enorme pero uno lo comienza y no lo puede dejar. Es complicada, trágica, divertida, en fin, tiene de todo, incluso mucha información sobre los asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez, algo que causó mucha controversia cuando se publicó.

Volviendo a andar comiendo por el Centro Histórico. Lo que si me desilusionó, que acabo de ir a probar, es el nuevo Café León que abrieron por allí mismo, también entre la 6a y 7a avenidas (foto inmediata inferior).

A mi me encanta ir al tradicional Café León en la 8a Avenida cerca del Congreso, con sus fotografias antiguas, divina barra largísima y en forma de ameba, por no decir sus cafés. Pero el nuevo no tiene nada que ver con el estilo del primero. Se siente frío y como que "le falta algo", las paredes muy desnudas, pero no da una impresión minimalista sino de algo inacabado.

El servicio lento, como que todavía estan entrenando a los café baristas. Hay algunas cosas en la decoración que me gustaron mucho, como el mural que se ve en la fotogafía inmediata superior y una lámpara muy "kitsch" hecha toda de tazas que parecen "tazas de la abuelita," una mezcla entre ironía y cursilada que me gustó. Pero los estilos de los posters no van con la lámpara, y no hay coherencia entre el primero Café León y el nuevo.

Talvéz lo van mejorando en los días por venir, y como no solo lo malo se comenta, he de decir que el café si estaba MUY bueno en lo que se refiera a calidad y hay unos sofas cómodos cerca de la vitrina que da a la calle en donde uno se puede sentar a leer el periódico mientras toma el café.

También tenian periódicos del día disponibles para los comensales, un toque que pareciera insignificante pero no lo es, pues una de las razones que uno va a un café, históricamente, además de estimular la mente con cafeína es irse a enterar de las novedades del día y relajarse. Esa ha sido, precisamente, la función de los cafés desde la época de la Ilustración, cuando se crearon los primeros cafés en Europa. ¡Para que vean que si leo aunque sea un mi poquito! (sí, soy una nerda total)

Abajo, detalle de una de las pinturas del desaparecido artista guatemalteco contemporáneo Zipacná de León, cuya exposición continua abierta en el Centro Cultural Metropolitano. ¡No se la pierdan!

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